Era viernes, hacia ya 3 días que se había pasado la fecha en
la que estaba pronosticado el parto y mamá ya estaba con contracciones irregulares.
Ni ella ni mi viejo sabían que tocaban los redondos en Obras, pero se ve que yo
sí, porque un poco más y le hacía pogo a mi vieja en la panza. Walter también
sabía que tocaban los redondos, pero él tenía 17 años y la abuela Ramona le
había dado algo de plata que había ahorrado para la entrada, entonces iba a ir.
Mamá, que había aumentado 22 kilos (con solo 3 que pesaba yo
para ese entonces), estaba pesada, fatigada, y haciendo reposo, esperando que
la dilatación fuese suficiente como para ir de nuevo al hospital a ver si yo
nacía. Mientras tanto Walter iba en micro desde Aldo Bonzi a Obras, le había
dicho a su familia que se iba directo del recital al laburo, porque entraba a
las 5 am. No le quedaba otra, tenía que pagar su viaje de egresados. Cuando llegó
a destino se encontró con el despliegue policial. Las entradas se habían
agotado y los ricoteros andaban buscando entradas de reventa o la mejor manera
de entrar al estadio. De eso se valió la yuta (aunque ni les hizo falta) para
empezar la razzia y el pibe de Aldo Bonzi cayó en la primera volteada. A Walter
lo cagaron tanto a palos que cuando lo metieron en el calabozo “de menores” los
pibes que estaban ahí se dieron cuenta que estaba mal, desde antes de que
vomitara. Sus viejos y su abuela todavía no sabían nisiquiera que estaba
detenido. Se enteraron recién al día siguiente a la tarde, cuando liberaron a
otro pibe de Aldo Bonzi y fue a contarles lo que había pasado. A esa altura
Walter ya estaba en el Pirovano, y mi vieja en el Hospital Francés pujando para
que yo saliera al mundo exterior.
Cuando Graciela y Victor, los padres de Walter, pudieron
verlo le preguntaron: “¿Te pegaron Negrito?”. Él asintió con la cabeza. Luego,
el médico que lo atendió unas horas antes contaría que Walter dijo ”la yuta” cuando le preguntaron por los
autores de los golpes fatales.
Hace exactamente 27 años a Walter se lo llevaban “por estar
parado” y yo todavía estaba en el útero. El 26 de abril de 1991 Walter muere a
causa de los golpes brutales que recibió de la policía 7 días antes. Victor se
comunicó con unos abogados que estaban empezando a organizarse en contra de la
represión Policial para empezar a ponerle nombre a los asesinos de Walter, que
no solo tienen nombre y apellido de persona sino también nombre de institución.
Así es que nací el 20 de abril de 1991, casualidad o
causalidad salí ricotera y militante antirrepresiva. Obviamente a los redondos
nunca los pude ver, y a Walter no lo conocí. Pero a veces una siente como que
sí. Si cuando voy a ver al Indio siento esa sensación que creo que sentía
Walter antes de entrar a un recital. Esa mezcla de euforia por la misa y de
precaución por los uniformes que se mueven alrededor. Quizás algo de eso sentía
Walter. Y esa precaución se ve justificada con todo lo que pasó después, que
dio pié a la creación de CORREPI para responder a la represión de alguna
manera, para ponerle nombre a lo que estaba pasando, para poder denunciar junto
a las familias por esos pibes que nos arrebató el estado. Si, el estado.
Decime si después de todo eso voy a tener alguna mínima duda
de dónde quiero militar. Casi como que lo sabía desde la panza. No quería ser
ingeniera, quería militar en CORREPI. Por Walter y por todos los pibes muertos
por el aparato represivo del estado.
Yo sabía que a Bulacio lo mató la policía.