Por esto es mi vocación, porque amo sentir esa sensación de vivir a través de ciertas historias, de ser parte de ellas. De temblar si el protagonista tiembla. De creer que el amor es siempre verdadero y que existe más allá de cualquier cosa.Hasta hace poco rechazaba este tipo de cosas, me privaba de las flores, de los colores, de lo lindo que es expresar el amor. Hoy las cosas son diferentes, aprendí a realmente creer en los cuentos de hadas, aprendí a sacarme la armadura yo sola, y colocármela solo en la batalla. En este momento creo en el futuro, en aciertos y desaciertos, en el mañana y en el ayer.
Veo las cosas seguir su curso, doblar y volver a su camino.Volver atrás no hace bien, no es sano. Hay que tener suficiente valor como para poner el punto y final y poder seguir hacia adelante, recibir lo nuevo con alegría. Utilizar al pasado como aquel cuaderno de clases que guardaste porque pensaste que en algún momento te serviría, pero ahí está, lleno de polvo, porque su contenido ya está dentro tuyo. No es olvidar, es cambiar, es crecer, aprender, soltarse. Hoy soy libre y veo la belleza en tantos lados, en estos párrafos por ejemplo. Y si bien tengo en cuenta el pasado de todo esto, lo miro en presente y tal vez se me acerque el futuro. Es tan hermoso vivir.
"...Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua..."
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