martes, 18 de octubre de 2016

Te estoy hablando a vos

(14 de abril del 2016)

Decirte lo que ya sabés...


Hace un año estaba acá, sentada en el mismo banco de plaza irlanda, pero con vos y una birra. Un vos confundido, angustiado, en crisis y una yo con ganas de llevarme el mundo por delante, de agarrarte la mano, que me cuentes tu suerte y levantarte, para darte un beso interminable en esos labios/droga que hacen que desparezca todo, que quede blandita y suspirando como una quinceañera. Es que es tan intenso todo, y nos tienen dicho que la gente grande no puede sentir de esa manera, que uno tiene que pensar siempre qué es lo mejor y medirse porque sino todo puede salir mal, y resulta que al final todo termina saliendo mal igual...  Entonces ¿por qué nos negamos constantemente a sentir así? ¿por qué tanto miedo a amar con locura, a arrancarse el corazón con la mano para darlo como regalo? Y bueno...  El dolor,  y todos esos deberser que tenemos setteados en el bocho y el sistema operativo no nos deja modificar. Si son dos días en esta vida porque no darlo todo por amor (y por la patria socialista)? Ese vos y esa yo de ese año atrás, sentados en este banco de la plaza, se estaban acompañando sin darse cuenta, dejando un pedacito de cada uno en el otro.  Quién se iba a imaginar que ibamos a venir acá después, a correr.  ¿¿¿Quien se iba a imaginar que me ibas a hacer correr!!! Y yo que iba a saber que el día a día iba a ser tan hermoso con vos...  Que tu voz era tan linda, que tus ojos tan abiertos, que tus manos tan dulces, que tus abrazos me iban a dar tanta paz...  Y mirá que hay que darme paz a mi con todo este torbellino que tengo adentro...  Vos sabés.
Si, sabés tantas cosas.... porque te dejé, te dejé ser parte de mi vida, te dejé entrar, decidí inconscientemente que te iba a mostrar lo que soy, con todo el riesgo y el miedo que eso para mi implica, de verdad quise que sepas todo, para que pudieras elegirme con sinceridad, y lo hiciste.  Si bien si lo razono no tiene mucha lógica, si hubiese razonado muchas veces no hubiese vivido todo lo mágico con vos, pero afortunadamente supimos entregarnos, como pudimos, a eso que no podíamos explicar y que nos hacía (hace) tanto bien, de alguna manera extraña ese día que te vi entrar al aula sabía que había algo adentro tuyo que estaba unido a mi y que difícilmente algún día pueda ponerlo en palabras. El tiempo me lo confirmó. Y cada birra compartida, cada mano entrelazada en todos los momentos, cada caricia llena de ternura, cada mirada profunda en lo recóndito de tu/mi alma me confirmaron que es con vos con quién quiero estar, a pesar de todo lo que pase alrededor.


(26 de abril de 2016)

Y lo que no sabés... 


¿Y qué pasa si un día te miro, te miro a los ojos, te agarro de la mano, te acarició los dedos, y te digo que no?
¿Y qué pasa si un día tengo el coraje de seguir amandote como nunca, cómo siempre y te digo que ya basta?
¿Qué pasa si un día entre toda esta pasión inevitable, entre el torbellino de besos mágicos, decido que esto no lo quiero?
Que te quiero, que te quiero a vos, sin prejuicios, sin juzgarte, con vos, todo vos, tus peros, tus obsesiones, tus neurosis, tus errores, tus angustias existenciales, te quiero a vos, a todo eso que sos vos. Quiero todo eso de vos conmigo, haciendome compañía, mirando conmigo el horizonte, planeando alfajores en el Caribe. Pero lo quiero con compromiso, con determinación, con la valentía de poder mirarnos con firmeza y decirnos SI, QUIERO, ASÍ, AHORA, ACÁ. Las medias tintas nunca fueron mi fuerte. Aries, ya sabés.
Si un día yo me animo y te digo que te animes o te bajes del barco, y vos te bajás (como probablemente hagas) voy a estar triste,  voy a llorar, te voy a extrañar, voy a querer estar con vos a toda costa, pero no lo voy a hacer. Porque voy a estar segura de lo que quiero con vos, tan segura que no voy a aceptar otra cosa en su lugar, no me voy a conformar. Voy a ser valiente, a quererme y a entender que es lo que tenía que pasar, que mi fortaleza no depende de otra persona, que está en mi. Empoderarme se llama.


(25 de junio de 2016)

Lo que quiero que sepas...


Y entonces un día entre drogas y alcohol explotaron palabras que no supimos controlar. Palabras de amor y de miedo. Pero de miedo sobre todo, con lo que me gusta a mi hacer estallar todo y cagarme en mis miedos para que después lo que más temo se haga realidad. Aries. El problema es que no estábamos listos. Yo pensaba que si, que yo si, pero hoy creo que no. Pasó lo que tenía que pasar. El miedo metiéndose adentro y retorciendo todo. La confusión. El torbellino mental. La inestabilidad. Los engranajes. Miedo. Entonces vos no pudiste más con vos, yo no pude más conmigo, ni con vos así. Ni con mi corazón. Ni con mi alma. Ni con la tuya. No pudimos con nada. En aquella esquina de aquella plaza de un momento para otro todo estuvo claro. Así no puedo. Juro por todo que quería, y que quiero, poder sobrellevar todo. Cargar en mi espalda todo el peso. Acompañarte, abrigarte, acariciarte, levantarte cuando sea necesario, sostenerte en todo momento. Pero soy tan liviana mi amor. Entendí que a pesar de todo lo que sabía que iba a doler no podía aguantar más con todo. Perdoname por no poder, por soltarte la mano, pero me estabas lastimando.
Pasaron los días y no puedo pensar en otra cosa que en tu sonrisa, en tu cuerpo, en tus besos, en contarte todo, en que me cuentes todo, en vos todo.
El problema de tenerte lejos es que no puedo leerte, no sé qué pensás, no sé que sentís. Cuando estás acá te miro a los ojos y lo sé, puedo entender todo sin que digas nada. Pero lejos no. Quisiera saber cómo estás, que proyectas. A dónde querés volar. Quiero decirte que no pierdas las ganas de volar, que crezcas igual aunque no esté ahí apoyandote. Que vayas para adelante, con todo lo que tenés. La vida es linda, y el amor también aunque duela. No dejes nunca más de creer en el amor. Te lo digo con el corazón todo roto en mi mano. No dejes de creer porque es hermoso. Y si tenés dudas y no crees pensá en todos esos momentos lindos, que fueron reales y que quizás en algún momento vuelvan. No pienses en lo lejos que están, pensá en qué hacer para tenerlos cerca. Si Peter Pan no creyera Campanita se apagaría. No dejes que me apague.