lunes, 1 de marzo de 2010

IPC

Revisando archivos viejos dí con esta especie de poesía que escribí en una situación medio rara. ¿Viste esos días que empezás a cursar a las 7 de la mañana y ya son las 10 y estas en medio de una clase hiper aburrida de Pensamiento Científico que te importa realmente un carajo lo que la vieja senil está explicando y vos estás en la quinta luna de valencia pensando en una conversación que tuviste el día anterior y querés irte a la re mierda? Bueno, estaba en uno de esos momentos (Me sonó medio Laurita) cuando tuve un momento de inspiración y así de la nada, casi sin pensarlo, empecé a escribir, un poco poseída. De esa experiencia religiosa surgió esto:


Esa conexión indudablemente eterna
que a la vez intermitente
continua e invisible.
Parte del Karma o del destino,
inevitable, como el correr del tiempo
que nos obligó a crecer,
separó nuestros caminos
ahora paralelos.


Sin saber si es parte
de una Voluntad involuntaria,
o es un querer oculto,
bastante explícito, latente
intencionalmente apasionado
y consecuentemente prohibido
por un subconciente dudoso
lastimado, inseguro y desconfiado,
que ataca como defensa,
lastima y contagia locura,
enferma y desgarra.
Induce a una revolución interior,
llama a la culpa,
y no termina de destruirnos
pero tampoco nos construye.





Como cambiaron las cosas, te extraño un poco...



Clara

2 comentarios:

Candelaria dijo...

JAJAJA.
CHINGÁ!!! Y PENSAR QUE QUIZÁ SIGA YO VIENDO A LA VIEJA ESA DE PENSAMIENTO JAJA.

GRACIAS MOROCHA FOGOSA, AJA TE QUIERO.

Anónimo dijo...

genial... no more words

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